Carta #1 • Carta de gratitud a todo eso que me sostiene
Cuando agradeces también recibes algo de vuelta. Y perdón si no he agradecido lo suficiente.
Quiero pensar que la vida es un balance: así como hay cosas negativas también hay cosas positivas.
Y como dirían muchos psicólogos: la vida no es lo que ocurre, es lo que pensamos sobre lo que ocurre. Entender esta premisa me ha ayudado a tratar de pensar diferente sobre cada experiencia que vivo y preguntarme: ¿quiero pensar que todo es un milagro o quiero pensar que no existen los milagros?
Con esta pregunta en mente escribo listas y cartas de gratitud la mayor cantidad de días a la semana que me es posible. Intento mantenerme conectada con este flujo de energía. Cuando agradeces le dices a Dios, el Universo o algo más grande que tú que disfrutas, honras y reconoces todo eso que te ha sido dado. Cuando agradeces también dices que estás listo, abierto, para recibir más cosas buenas: la claridad mental de quien siente que tiene una vida llena de suerte, la certeza de vivir una vida favorecedora, la seguridad de quien sabe que es el favorito de dios.
Agradecer es un puente para conectar la existencia humana terrenal de quejas y disgustos con la experiencia divina de sentirse receptor de bendiciones y milagros.
Una forma de empezar a agradecer, cuando no sabes por dónde arrancar, es escribiendo una carta de gratitud hacia cosas triviales del día a día que das por sentado. Haz tu carta y deje el link en los comentarios para leerla.
“El agradecimiento es la memoria del corazón.”
Lao-tsé
Carta de Gratitud
Querido cuerpo, gracias por sostenerme, por sostener todos mis sueños, por conducirme a través del miedo para llegar a un camino de certeza. Gracias por darme vida, por darme esta existencia física y permitirme experimentar el mundo tangible. Gracias por permitirme maravillarme con todo lo que vivo, con las cosas que veo, las cosas que escucho y las cosas que puedo sentir a través de mi piel.
Queridos pies, gracias por llevarme a través de las dificultades que se presentan. Gracias por conducirme por este mundo para salir de los agujeros que he encontrado en mi camino. Gracias por esforzarse para avanzar aunque estuvieran cansados; aunque estuvieran adoloridos, hinchados, rojos o ardiendo por el esfuerzo. Gracias por mantenerse firmes aunque preferirían descansar. Gracias por sostenerme y mantenerme enraizada a la realidad.
Querida mente gracias por ayudarme a asimilar este mundo que me rodea. Gracias por ayudarme a crear nuevos proyectos. Gracias por abrirte a dudar de tus creencias, a cuestionar si todo lo que piensas es real. Gracias por darte la oportunidad de ver el mundo desde otro punto de vista. Gracias por estirarte, salir de tu zona de confort para crear nuevas rutas mentales.
Queridas manos, gracias por ayudarme a crear todas las cosas que sueño o pienso. Gracias por ayudarme a crear dibujos, escritos, platos de comida. Gracias por darle vida todas y cada una de mis ideas y permitir que se hagan reales, palpables, tangibles.
Queridos ojos, gracias por observar maravillas, por ver el cielo, el atardecer, la luna, las estrellas. Gracias por permitirme maravillarme con el mundo que me rodea. Gracias por fijarte en los detalles más pequeños y encontrar belleza en las cosas más minúsculas. Gracias por observar cosas que otros no ven, y descubrir hermosura en todo lo que me rodea.
Querido instinto, gracias por hablarme fuerte y decirme cuál es el camino que debo tomar. Gracias por jamás darte por vencido y buscar siempre formas, maneras, herramientas para sobrevivir, para salir adelante.
Querido corazón, gracias por abrirte a amar, por atreverte a amar a pesar del miedo, a pesar de que te han roto muchas veces. Gracias por arriesgarte a darlo todo a pesar que existieron ocasiones donde te lo quitaron todo. Gracias por no dejarte vencer por el miedo, por no dejar que el miedo te endureciera y seguir siendo cálido y vulnerable.
Querido universo, gracias por todas y cada una de las oportunidades que llegan a mi vida para aprender algo nuevo, para embarcarme en proyectos nuevos, para soñar. Gracias por la vida, por la luz que me ilumina y por la oscuridad que me ha enseñado a sacar lo mejor de mí.
Un abrazo,
Estef